sábado, 25 de septiembre de 2021

DEL DOLOR DEL COVID 19 (I)

Nunca pude esperar enfrentarme a la realidad de una UCI cuando empecé a estudiar Medicina . Nunca puede esperar que debería enfrentarme a una pandemia de una enfermedad nueva, contagiosa y con alta morbimortalidad cuando accedí a la responsabilidad de dirigirla. Nunca pensé  que ser medico iba a convertirse en esto que se ha convertido con el paso de los años y de las circunstancias.

No me arrepiento de mi camino. Quizás es la cruz que debo tomar para seguirle. Y  aunque es pesada, consuela.


La Hermandad de la Virgen de Gracia tuvo a bien  considerar ,  en medio de la situación ocurrida en 2020, que podía aportar desde la lejanía de los kilómetros, y la cercanía siempre presente  del corazón,  alguna luz a la oscuridad que habíamos padecido en la primera ola y a la incertidumbre que se cernía sobre los meses venideros.


Eso intenté. 

Ahora, después de releerlo previamente a dar forma a su continuación , pienso con un escalofrío en lo que fue, en lo que es, y en lo que ha de ser.


Y en todo lo que se ha llevado. Vidas, vidas, vidas... De los que murieron y de los que de una forma u otra tendremos secuelas ya siempre. 

Escribir sobre lo ocurrido causa un profundo dolor . Hacerlo sobre el presente , también. Además, llegamos a un punto en que es mejor resguardarse en la trinchera, y esperar al enemigo sin levantar la voz. En esta realidad,  sabes que va a llegar, lo temes; pero también  tienes el desábrido convencimiento de que nadie quiere oírte avisar de su llegada.

Así que esperaremos, junto a los que siguen hombro con hombro manteniendo  la  lucha que no ha terminado, y temiendo la que ha de llegar. 

Sin fuerzas para rendirnos. Esa opción no se contempla..

No he conseguido encontrar la revista en pdf en la red. Así que os comparto escaneadas ( mal) las paginas del articulo , y un enlace a un pdf donde puede leerse mejor, si os interesa.








El enlace al texto es este.


Desafortunadamente, se cumplieron muchas de las previsiones. Afortunadamente, la vacuna funciona.

Vacunaos si aun no lo habéis hecho. No merece la pena perder la vida por hacer caso a miedos que son comprensibles si son propios, pero que no tienen justificación si son provocados por los delirios o los intereses de desalmados,, ignorantes o simplemente estúpidos ávidos de notoriedad. 

Yo me vacune con miedo y esperanza. Pero no vacunarse solo lleva a la certeza de una probabilidad alta y cierta de una  enfermedad terrible .

La fe en Ella os ayude a tomar la mejor decisión y a que esta sea la que os salve de esta calamidad.


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