sábado, 8 de noviembre de 2014

Silencios la traspasan, y no espadas

Probablemente, de mis fragmentos preferidos del Pregón de Semana Santa de Carmona de 1999 es este dedicado a la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Silencio. Menos es mas, no siempre son necesarios miles de versos para expresar toda una vida de emoción por Ella


Silencios la traspasan, y no espadas
y tanto Dolor por Amor la enciende
que al corazón que la atraviesa fuego prende
la amargura nacida en su mirada.

Si sus ojos a mis ojos volviera,
y su boca mi nombre pronunciara,
en aurora la noche convirtiera,
y el dolor esperanza se trocara.

Azul, pálida frialdad que la engañas,
y conviertes las lagrimas lloradas
en tristísimas flores de azahar.

 En su  pecho muerte infame (Tú) te ensañas
porque no la atraviesas con espadas;
con silencios la quieres traspasar.


En tu palio de plata  y oscuridad,
mi Señora de los Dolores ,..

¡Quien fuera reflejo! ¡Quien fuera azahar!
¡Quien para siempre,
por consolarte,
se pudiera quedar!




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